La mirada de aquellas pequeñas personas, me cambiaron la vida por completo. Ellos son un ejemplo de otros muchos que no tienen donde dormir, donde comer, donde aprender. Gracias a muchos de nosotros, a el empeño de todas aquellas personas empáticas que piensan en los que menos tienen y no en lo que ellos carecen materialmente, ellos han llegado a vivir la vida como toda persona merece.
Cruda realidad la que nos rodea, vivimos engañados, y no sólo eso, sinó que somos nosotros quienes dejamos que nos engañen. ¿Qué nos engañen quién? personas, a las que llamamos, políticos, o representantes de nuestros pueblos, que prometen acabar con toda esta pobreza, con todas aquellas miradas que denotan tristeza y te provocan un remordimiento de conciendia. Sólo abriendo nuestras mentes, cuestionándonos sobre la vida en si, conseguiremos sacar una sonrisa a todas las personas que viven en este planeta.
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